Adelante con otra entreguita más del hebdomadario sentimental de dudosa calidad pero alegre cantidad que nos escribo:
Semana 41: la semana de las vacaciones, la semana de alegrarse por la semana de las vacaciones, la semana de no avanzar con ningún preparativo relacionado con las vacaciones 1 y también la semana en la que Múnich hace su primera aparición como si de una nube oscura que anuncia tormenta se tratara 2.
La semana 41 es también la semana de dormir con una intermitencia desconcertante: ocho horas y media primero, luego siete, luego siete y media, luego dejo de contar; para terminar siendo golpeado primero por cinco y posteriormente elevado a un estado superior de la conciencia tras yacer durante ¿diez? ¿once horas?
En la semana 41 también me bloquean la tarjeta de crédito, no piso el gimnasio, no avanzo con Dune, no dibujo, no contesto a tus correos, no escribo la dichosa carta motivacional y me mantengo bien alejadito de cualquier preparativo danés 3.
En la 41 como con M. y J., y J. nos explica (con excesivos y escabrosos detalles, muchas gracias) el funcionamiento de la cirugía LASIK. Luego, en la hora loca, rememoro otra semana de pequeños pero importantes avances en el campo de manejarse en la vida.
En la semana 41, sabbat mediante, desayuno con A2 en ACID y luego, durante unas cañas con su pareja, se me acusa (en falso y en el Museo del Jamón, from all places) de crímenes contra la conejidad que niego reiteradas veces.
En la semana 41 cambio mi ubicación en OkCupid con la esperanza de tener mejor fortuna en CPH que en las coordenadas actuales, pero en la nueva posición los radiotelescopios 4 de ligar tampoco reciben señales (ni electromagnéticas ni de cualquier otro tipo) y vuelvo a considerar cancelar el proyecto SETI y adoptar un perro.
En la semana 41, por fin, visito la expo de Intangibles, que, muy a mi pesar, me decepciona de forma palpable, evidente, y perceptible.
1 Esto deja de ser cierto en el tiempo de descuento del domingo, cuando, en un rapto administrativo, comienzo a compilar una lista de lugares que quiero visitar.
2 Más sobre esto en futuros episodios de este diario, imagino.
3 A excepción de solicitar un puñado de coronas de emergencia y otro de recomendaciones casuales cada vez que sale el tema de mi viaje.
4 Como el radiotelescopio de Arecibo a mí tampoco me llegan señales de vida inteligente.