La semana pasada del año pasado que se nos fue, quedé para comer con unos amigos en Badalona y saqué las fotos que vas a ver a continuación si haces scroll, o que ya estás viendo, si es que tienes un monitor ridículamente alargado.
Mi viaje comienza, cómo no, en la estación de rodalies de Mataró, donde pude disfrutar de una pequeña videoinstalación de glitch art. Está previsto que la obra continúe expuesta varias semanas, así que tienes tiempo de sobra para venir a verla.
Como salí con mucha antelación, aproveché para dar una vuelta por la ciudad y retratar a la población local.
Luego cerca de la playa capturé a este hombre caminando decididamente al encuentro de su archienemigo: el mar Mediterráneo.
Y a este vigilante enmascarado consultando el valor de sus bitcoins.
Unos minutos más tarde hice la que quizá es mi foto preferida de aquel día. Me gusta la expresión corporal ensimismada del bañista y cómo la pared blanca y el muro grafiteado enmarcan su cuerpo.
El restaurante donde habíamos quedado, La Donzella de la Costa, estaba convenientemente señalizado con este bonito letrero.
Y aunque la siguiente foto no es de aquel día, la otra pista para encontrar el restaurante es su logotipo: una sirena comiendo lo que solo puede ser una gyoza gigante.
El restaurante ha mantenido la zona de las casetas de baño de 1929. Si tienes curiosidad, puedes ver cómo eran en los años 50 en esta galería de fotos. Ni un solo teléfono a la vista, solo gente viviendo el momento.
Después de dar buena cuenta de nuestras paellas y fideuás, salimos a dar un paseo y yo saqué las dos últimas fotos del día.
Si te has quedado con más ganas de Badalona (ya, yo qué sé), puedes echarle un vistazo a las fotos que hice en mi primera visita a la ciudad y durante el Luis Mendo World Tour 2024.