Mi piel sigue haciendo el tonto, así que pido una cita en mi centro de salud para ver si alguien puede decirme qué le pasa. Más o menos al mismo tiempo, lanzamos la convocatoria para participar en Poetry Slash, el recital de literatura computacional (y tal) que se celebra dentro de Libros Mutantes.
Como en ediciones anteriores (y como no podía ser de otra forma) me entra el agobio pensando en que nadie se apuntará y que tendremos que cancelar, con el descrédito que eso supondrá para mi carrera y mi vida. ¡Tendré que cambiar de nombre, operarme la cara y mudarme a un país exótico con símbolos raros sobre las vocales! En la parte positiva, al menos me darán cita rápida con el dermatólogo.
Dramas aparte, si eres una persona creativa interesada en la experimentación con el lenguaje, o si tienes proyectos donde la tecnología y el lenguaje interseccionan y se dan besitos, te animo a que entres en la web y te apuntes como participante.
Y si intuyes que es algo que te podría molar, pero no entiendes del todo bien de qué va todo esto, estaré encantado de contarte más cosas por vía telemática, telepática o telefónica.