Caminamos por la Zona Franca siguiendo cables invisibles de fibra oscura y mirándole las antenas a los edificios de forma descarada, perseguidos a corta distancia por un equipo de grabación canadiense, y ya cuando el tour está finiquitado del todo y nos estamos tomando unas cerves en un párking perdido por ahí se acerca B donde estoy sentado y me dice hola yo a ti te conozco, ¿no? Esto me sorprende porque nos habremos visto como dos veces en, no sé, ¿cinco años? Le digo que sí, que efectivamente nos conocemos, y tras ponerle al corriente de la última vez que coincidimos en algo me llega la inspiración y le suelto que quiero hacer cosas con ordenadores e Internet en Barcelona pero que no encuentro a nadie. Y M, que ha pegado la oreja, y él se ríen un poco de mí por la forma de expresarlo pero me preguntan que si conozco a R y yo les digo que no sé quién es R y me dicen que tengo que conocer a R porque ella hace cosas con ordenadores e Internet en Barcelona y entonces M me agarra y me lleva a un lado y me presenta a R. Y R es maja y hablamos un poco y nos intercambiamos los instagrams y decimos de hablar en algún momento y me voy a casa súper contento por cómo ha salido la mañana.

Después de llegar a casa tras cuarenta horribles horas en el metro le pregunto a J que si va a la inauguración de una expo de ilustración sobre perros que hay esa tarde en la galería de sus amigos pero J me dice que está de bajona emocional tras pasarse la mañana haciendo fotos por ahí, así que quedamos en quedar otro día y justo al mismo tiempo me escribe J (no la J de la que estaba hablando, obviamente, si no otra J) porque resulta que está en la ciudad y tiene un rato libre antes de ir a cenar con sus padres. Total, que decidimos ir tomar algo y le llevo al teatro (bueno, no, al bar del teatro) que es un sitio muy tranqui que me gusta mucho y que me queda al lado de casa. Y vamos allí y lo que hacemos es poner sobre la mesa nuestras respectivas miserias laborales y me siento un poco mejor pero también un poco peor porque es una mierda que volvamos a estar los dos mal con el trabajo porque al fin y al cabo es solo trabajo pero por otro lado es el puto trabajo, ¿verdad? Pues sí.