Adelante con otra entreguita más del hebdomadario sentimental de dudosa calidad pero alegre cantidad que nos escribo:
Nunca me acuerdo de la táctica del chicle.
Domingo — A una semana y un día de Copenhague sin preparativo alguno (esta frase no cuenta, ¿verdad?) tengo las ganas de viajar a cero y el miedo a la aereotransportación por las nubes.
Sábado — Desayuno con M. Bebemos grandes cantidades de café y hablamos sobre qué presentar en el Internet Yami-Ichi (spoiler: tenemos un plan). En una película asistiríamos ahora a varios flashbacks ligeramente dolorosos con N hace exactamente 365 días.
Querido/a amigo/a,
Recibes este email porque en algún momento de tu oscuro pasado decidiste suscribirte a este boletín con la intención de aprender sobre mis avances en el campo de la física de partículas (todo guay por ahora, gracias por preguntar), mi opinión sobre la nixtamalización del maíz en Mesoamérica en 1735 o recibir noticias cuando organizase algún evento de pequeño o mediano interés y se te olvidó darte de baja (puedes hacerlo en el enlace que encontrarás al final de este correo, por cierto).
Queridos amigos,
Os escribo este breve mensaje para contaros que la semana pasada lanzamos este formulario para inscribirse en el recital de literatura computacional que estoy organizando (si no recordáis de qué va esto, aquí tenéis toda la información).
¡Hola!
En esta segunda edición de mi boletín botánico os hablaré sobre cómo controlar las mareas mediante alucinaciones hipnagógicas, el ganso robótico de Natalie Jeremijenko, el gran desastre de la carrera de palomas del 97 y un nuevo proyecto en el que estoy inmerso y que necesita de vuestra ayuda.
Estás recibiendo este mensaje porque en algún momento del pasado te subscribiste a este boletín, y ahora míranos. Si se trató de un error de juventud (a quién no le ha pasado, ¿verdad?) puedes darte de baja instantáneamente haciendo click en el enlace que encontrarás al final de este correo.